Devocional: Cantando bueno es Dios

cantando bueno es dios.jpg

El Salmo 19:1 dice: "Los cielos proclaman la gloria de Dios, y la expansión anuncia la obra de sus manos". Todo lo que nos rodea habla y proclama la grandeza de Dios, sin embargo, todo esta grandeza que nos rodea no es nada comparado con Su grandeza.

Isaías 40:8 dice: "Sécase la hierba, marchítase la flor, más la palabra del Dios nuestro permanece para siempre". Toda la creación, es simplemente eso: creación hecha por nuestro creador, que en un soplo de Su boca puede secarse y desaparecer. Sin embargo, Él permanece. Siempre ha sido y siempre será y eso hace que Él sea sumamente digno, venga lo que venga y pase lo que pase.

Aún si la luna y estrellas dejan de brillar: le alabaremos pues sigue siendo digno. Jesús lo dijo de una manera diferente cuando le dijo a sus discípulos que aún si nosotros no le adorábamos, lo harían las rocas. ¿Qué estaba diciendo? Que su creación fue creada para adorar, pero solo el ser humano fue creado para escoger hacerlo. Y si nosotros estamos demasiado ocupados o confundidos para parar lo que estamos haciendo y darle gloria, algo en su creación lo hará: porque Él lo merece.

No se tú, pero eso causa en mí por un lado un temor de Dios y por otro lado un agradecimiento profundo. Es digno de mi adoración, sin embargo quiere que yo elija hacerlo. Y aún en los días que más me cuesta o que más distraído estoy, no quiero que le adore otra cosa en la creación: quiero que sea adorado por sus hijos e hijas.

Preguntas de reflexión

  • ¿Cuáles son los momentos en los que más te cuesta adorar? ¿Por qué?

  • ¿Cómo puedes desarrollar un hábito mayor de alabanza y adoración en tu vida diaria?

  • ¿Por qué crees que Dios nos creó para adorarle?

Devocional: Tú tienes nuestro sí

tienes nuestro si.jpg

Jesús nos dijo que su vida aquí en la tierra fue una vida de imitación. No hacía nada por su propia cuenta, sino solamente lo que veía hacer al Padre. Qué diferente sería nuestro caminar con Dios, si pudiésemos decir con certeza que todo lo que hacemos es porque estamos imitando al Padre. A menudo yo vivo con mucho estrés, incluso cuando estoy sirviendo al Señor, y la verdad es que yo no veo a un Jesús estresado. En otras ocasiones sirvo, sabiendo que estoy haciendo lo que el Padre me ha guiado a hacer, sin embargo lo hago preocupada. De la misma manera, no veo a un Jesús preocupado.

Él nos llama a una vida de imitación, en la que nuestro anhelo es "ir donde Él va y hacer lo que vemos que Él hace". Seguir a Jesús, va mucho más allá de solo una oración para darle nuestro corazón, implica "tomar nuestra cruz e ir en pos de Él". ¿Qué significa eso? Significa que no decimos sí, solo una vez, sino que decimos sí, múltiples veces al día, para así vivir esa vida de imitación, al que somos llamados. Decimos sí, cuando escuchamos su voz de manera muy fuerte y obvia, y decimos sí cuando su voz es solo un susurro. Decimos sí y tomamos nuestra curz, cuando todos nos ven, y decimos sí cuando nadie nos ve ... solo Él.

Lo importante, es no olvidar porqué es que decimos sí: es porque Él nos amó primero. Es porque estamos respondiendo al Sí que dijo Jesús cuando abrazó la cruz. Filipenses 2 dice que Jesús, "no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz" (vs. 6-8). Él dijo el "Sí" más grande de la historia, y gracias a su "Sí" es que nuestra historia comenzó.

Preguntas de reflexión

  • ¿Cuándo fue que le dijiste "Sí" a Jesús por primera vez?

  • ¿Puedes pensar en otras veces que te haya pedido volver a decir "si"?

  • ¿Hay algo que él te esté pidiendo que entregues o que le des?

  • Con los ojos cerrados, pregúntale al Padre, qué está haciendo Él hoy y cómo puedes tú ser parte.

Devocional: Romanos 8

christopher-beloch-P2fBIamIbQk-unsplash.jpg

Romanos 8 es, en mi opinión, uno de los pasajes más increíbles del Nuevo Testamento. Resume la obra de Cristo de una manera extraordinaria, comenzando el capítulo con "Ahora, pues no hay ninguna condenación para los que están en Cristo" y terminando con "ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús". ¡Wow! Si pudiésemos realmente abrazar esa realidad en nuestra mente y corazón, estoy convencida que nuestra manera de vivir sería diferente.

De su amor fluye aceptación y paz para nuestro día a día y también fluye el amor que necesitamos para dar al mundo que nos rodea. ¡Realmente no podemos sobrevivir sin su amor! sin embargo muchas veces se nos olvida el poder de su amor en nuestro día a día. Es fácil caer en nuestra rutina y olvidarnos de que su amor es lo que debería de estar impulsándonos a lo largo de nuestro día.

En el libro de Efesios, el apóstol Pablo hizo una oración impresionante por la iglesia de Éfeso. Antes de leer la oración, debes entender que cada carta que Pablo escribió en sus epístolas, la escribió porque había un problema. En Galacia habían dejado a un lado la gracia y estaban animando a todos a hacer obras para ser salvos, en Corinto estaban tolerando el pecado entre ellos, en Tesalónica estaban tan ansiosos por la segunda venida de Cristo que habían abrazado la pereza y habían dejado de trabajar. La única epístola que Pablo escribió que no fue para resolver un problema, fue la carta a los hermanos de Éfeso. Les escribió simplemente para abrir su corazón. ¿Y qué fue lo que les dijo?

"Que arraigados y cimentados en amor, seáis capaces de comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad, y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios". (Efesios 3:17-19).

Al entender el amor de Cristo, somos capaces de comprender que verdaderamente somos nuevas criaturas, los lienzos sucios de nuestras vidas, han quedado blancas y limpias, y podemos vivir libres.

Al igual que la iglesia de Éfeso, aún cuando tengamos todas nuestras dudas teológica resueltas, estemos caminando en santidad y gracia y con un buen balance entre trabajar y esperar su venida, aún entonces, ¡necesitaremos entender la grandeza de su amor! Te animo a terminar este devocional orando estas mismas palabras del apóstol Pablo. Que podamos comprender, cuál es la anchura, la longitud, la altura y la profundidad de su amor.

Preguntas de reflexión

  • ¿Cómo crees que vivirías el día a día si realmente comprendieses cuanto te ama el creador?

  • ¿Alguna vez has sentido que algo intentaba separarte del amor de Cristo? (muerte, vida, presente, pasado, etc).

  • Si visualizas el lienzo de tu vida, ¿puedes verlo blanco y limpio gracias a Jesús o sigues viendo manchas que necesitas que él limpie?

Devocional: Gozo al rendirme

gozo al rendirme.jpg

Yo tenía un plan para mi vida que no estaba saliendo como yo pensaba y aunque era un buen plan, sentía que Dios me estaba pidiendo que se lo entregase, y la verdad: no quería entregarlo. Pasé varios meses discutiendo con Dios e intentando convencerle de lo bueno que era mi plan.

Al igual que Abraham cuando Dios le pidió que diese a su hijo Isaac, yo no terminaba de entender porque Dios quería que se lo entregase y cada vez que me acercaba a hablar con Dios de ello, él insistía en volver a pedírmelo. Así que, después de varios meses con este dilema ante el Señor, decidí soltarlo y recibir su gozo a cambio de mi rendición.

Isaías 55:8-9 dice: "Porque mis pensamientos no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis caminos —declara el Señor. Porque como los cielos son más altos que la tierra, así mis caminos son más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos". Quizás tu plan o sueño sea increíble, sin embargo Dios nos invita a creer - realmente creer - que sus sueños y planes son mayores.

Quizás, al igual que con Abraham al entregar a su Isaac, Dios te diga: "está bien, a mí también me gusta tu plan" y te permita vivir lo que sueñas. Al fin y al cabo Él es un buen buen Padre. Pero quizás no, quizás Él tenga un plan completamente diferente. Lo importante es que él sea nuestro todo. Que realmente Él sea nuestro gozo.

Preguntas de reflexión

  • ¿Has hablado con Dios acerca de todos tus sueños y metas?

  • ¿Hay algo que sientes que Dios te está pidiendo que entregues?

  • ¿Alguna vez has experimentado soltar algo y que luego Dios te lo vuelva a dar?

Devocional: Tiempo del Rey

tiempo rey.jpg

Dios es tan bueno, que a pesar de ser magnífico y eterno, se preocupa por los detalles minuciosos de nuestra vida. No solo se preocupa por cosas "importantes", como el hecho de que tengamos comida y ropa, sino que nos mima con detalles que nos recuerdan que está atento de nosotros. El peligro de esto, es que podemos caer en la tentación de empezar a pensar que nuestra vida se trata de nosotros. Al fin y al cabo, si Dios está tan pendiente de mí, quizás todo se trate de mí. Pero la realidad es que todas nuestras vidas se tratan de Él, pues fuimos creados para su gloria (Isa. 43:7).

La pandemia del Covid nos hizo recordar esto. Pues hizo que todo el mundo echase el freno de mano a sus vidas ajetreadas, especialmente las iglesias. Por todo el planeta cancelamos nuestras actividades, congresos y retiros, y tuvimos la oportunidad de encerrarnos en nuestra casa y mirarle a Él. Lo bueno de esto es que nos obligó a recordar que no se trataba de nosotros, sino de Él. Nosotros somos parte de una historia más grande. Ha habido un Antiguo Testamento, ha habido un Nuevo Testamento y ahora estamos viviendo el "Nuevo Nuevo Testamento". Lo que solo está escrito en el cielo: la era de la iglesia.

Cuando miramos la Palabra vemos que siempre ha habido un plan: desde el Edén hasta el Apocalipsis, Dios ha tenido su mano sobre la humanidad: para su gloria. Tú y yo, estamos dentro de ese plan, viviendo vidas para Él. Este tiempo, esta era de la iglesia: no se trata de nosotros. Es el tiempo del Rey.

Preguntas de reflexión

  • ¿Cómo gestionas vivir en la tensión de que por un lado tu vida no se trata de ti, sin embargo por otro lado Dios derrama sus bendiciones sobre ti?

  • ¿Cuál crees que es tu rol en este "tiempo del Rey"?

  • En un tiempo donde la política ha dado que desear y los gobiernos han mostrado sus imperfecciones, ¿Cómo crees que Jesús puede ser visto como el único perfecto Rey?

Devocional: Si no fuera por tu cruz

cruz.jpg

Creo firmemente que Dios está haciendo algo nuevo en el planeta. Utilizó la pandemia de covid para frenar a su iglesia, para que así pudiésemos estar descansados y poder coger carrerilla y así correr para eso que está por delante.

Sin embargo, nunca debemos olvidar, que aunque Dios esté haciendo algo nuevo, eso nuevo siempre fluirá de lo más antiguo y precioso: su cruz. Para mí es fascinante que aún en la eternidad, cuando ya no haya pecado y el diablo esté atado, aún entonces el cielo seguirá obsesionado con la cruz. Los ángeles seguirán cantando: "Digno es el Cordero, que ha sido sacrificado" (Apo. 5:12). La cruz nunca pasa de moda.

Es por eso que nunca debemos de dejar la cruz a un lado, debe ser siempre lo central de nuestras vidas. ¿Dónde estaríamos si no fuese por la cruz? Estaríamos perdidos, rotos, desamparados, deprimidos, cargados, ansioso, enfadados, dolidos, llenos de complejos e inseguridades...la lista es interminable. Y ser consciente de eso, debería llenarnos de un gozo incontrolable. Estés pasando por la situación que sea: enfermedad, pérdida o confusión. La realidad es que, "si no fuera por la cruz", estarías perdido.

Preguntas de reflexión

  • ¿Por qué crees que los ángeles seguirán cantando de la cruz por siempre?

  • Piensa en dónde estarías si no fuese por la cruz de Cristo.

  • Toma un momento para recordar momentos claves de tu caminar con Dios. "Vuelve" a esos momentos y dale gracias.

Devocional: Esperaré

esperare.jpg

Todos tenemos momentos en los que estamos esperando algo de parte de Dios:

  • Esperando escuchar su voz.

  • Esperando el cumplimiento de una promesa.

  • Esperando la respuesta a una oración.

Puede que estés esperando que un hijo vuelva a casa, que alguien que se apartó del Señor regrese, que tu cónyugue se convierta, que Dios te sane. Puede que estés esperando que Dios te responda a tus preguntas más profundas: "¿dónde estuviste cuando pasó eso? ¿porqué lo otro no pasó como me esperaba? ¿porqué no contestaste como pensaba?"

Todos tenemos esos momentos y esos momentos son oportunidades: o bien para el diablo, que desea con todo su ser, usar esa espera para hacernos dudar y cuestionar a Dios y para que nuestra fe se enfríe. O por otro lado, esa espera puede ser un momento en el que luchamos y empujamos más allá de nuestra duda para llegar a la verdad: Él es digno. Tengamos la respuesta a lo que buscamos o no, Él es digno en nuestros malos días, en nuestros buenos días cuando todo parece ir genial y tenemos una sonrisa en el rostro, cuando le sentimos, cuando no le sentimos.

Los momentos de espera, son una invitación: puedes esperar a lo lejos mientras te preguntas porqué Dios está tardando tanto, o puedes acercarte y espera a sus pies. Te aseguro que si esperas a sus pies, poniendo a un lado las dudas, anclándote en su dignidad y persiguiendo su presencia, la espera merecerá la pena, porque él será tu recompensa. Y la verdad, es que su presencia y persona, es mejor que cualquier cosa que estuvieses esperando de antemano.

Lee los siguientes versículos y escríbelos en tus propias palabras

Salmo 27:13-14 Hubiera yo desmayado, si no hubiera creído que había de ver la bondad del Señor En la tierra de los vivientes. Espera al Señor; Esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al Señor.

Isaías 40:31 Pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas. se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.

Salmo 27:4 una cosa he pedido al Señor, y esa buscaré: que habite yo en la casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura del Señor y para meditar en Su templo.

Preguntas de reflexión

  • ¿Puedes recordar alguna situación por la que pasaste, que aunque no salió como esperabas, pudiste ver como Dios lo usó para bien?

  • ¿Confías en que Dios puede usar cualquier cosa por la que estés pasando para tu bien?

  • En medio de dificultad, Jacob luchó con el ángel del Señor toda la noche, hasta recibir un toque de Él. ¿Crees que Dios quiere usar tu espera para encontrarse contigo de esta misma manera? ¿Alguna vez te has luchado con Dios de esta manera?

Devocional: Descansaré en su poder

alejandro-pinero-amerio-Qt0R1Se5GtQ-unsplash.jpg

En Marcos 4 nos encontramos una historia en la que Jesús está dormido en una barca, mientras que los discípulos están aterrados, temiendo por su vida. Hay varios puntos interesantes de esta historia, pero fijémonos solo en el hecho de que los discípulos no pudieron hacer nada, mientras que Jesús, con solo unas palabras, cambió todo. La razón por la cual Jesús pudo calmar la tormenta es porque él, a diferencia de los discípulos, tenía paz en su interior. Al calmar la tormenta, lo que estaba haciendo era, dejar salir el reino de paz que estaba en él, al mundo que le rodeaba.

La buena noticia, es que Jesús ahora está dentro de nosotros, estamos sellados por su Espíritu y su reino de paz, justicia y amor están en nosotros de la misma manera que estaban en Jesús. Ahora tú y yo, podemos declarar paz a las tormentas que nos rodean y victoria a los enemigos que nos acechan. En Mateo 28 Jesús le dijo a sus discípulos (y por lo tanto a nosotros): "Dios me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra...Vayan". Somos mandados a traer el reino, con la autoridad que fue ganada por nosotros en la cruz.

Es tan increíble lo que Jesús hizo en la cruz que si el diablo mismo lo hubiese entendido, nunca hubiese matado a Jesús (1 Cor. 2:8). Porque al ser crucificado, en vez de haber solo un hijo de Dios sometiendo las obras del diablo aquí en la tierra, de repente comenzaron a haber miles y miles de hijos de Dios (Romanos 8:29). Ahora tú y yo, tenemos la invitación, no de vivir vidas cristianas mediocres, sino de ser conscientes del reino de Dios en nosotros, para así traerlo a la tierra que nos rodea.

Preguntas de reflexión

  • ¿Qué tormentas hay en tu vida que necesitan la paz de Jesús que tienes dentro?

  • ¿Qué suele ser más fácil para ti, ver la tormenta o ver la realidad del reino en ti?

Lo que aprendo al estudiar la historia de la iglesia

unsplash-image-jKU2NneZAbI.jpg

Llevo varios meses estudiando la historia de la Iglesia desde el pentecostés hasta la reforma. La verdad es que es un tiempo de la historia en la que pocos creyentes piensan. Solemos dedicar más tiempo en pensar en las diferencias que tenemos los católicos y los evangélicos, que en pensar en cómo llegamos a donde estamos. Como con cualquier tema que uno estudia, la meta no es solo saber por el mero hecho de tener más conocimiento, sino aprender a aplicarlo y formar nuestras vidas al rededor de lo que hemos aprendido. Así que, ¿qué me llevo de la historia de la Iglesia? Creo que todos los problemas y desenlaces dramáticos que la historia nos muestra, se resumen en una cosa: El deseo por poder del corazón del hombre. 

El problema nunca ha sido ni la iglesia católica, ni la evangélica, sino el anhelo en el corazón del hombre por tener autoridad y reconocimiento. Este mismo deseo es con el que el diablo tentó a Jesús cuando le dijo: “Todo esto te daré, si postrado me adoras” (Mateo 4:9), y si somos honestos, este mismo deseo sigue tocando a la puerta de cada uno de nuestros corazones de maneras sutiles. La realidad, es que Jesús dejó muy pocas indicaciones para su iglesia. Sabemos que la ama, que murió por ella y que regresará por ella, porque es su novia, pero no nos dejó muchas instrucciones en cuanto a cómo organizarla mientras esperamos su regreso. Es por esto que cuando leemos el libro de los Hechos y las epístolas de Pablo, encontramos que la iglesia primitiva creaba estructura y liderazgo conforme se encontraban con la necesidad. Esto fue relativamente fácil cuando el cristianismo se encontraba localizado en una región geográfica y cuando los números eran pequeños. Pero, imagínate tener que poner estructura a un grupo de personas, cada día más crecientes tanto en tamaño como en geografía, cuando no existía el teléfono ni el internet. Difícil tarea ¿verdad? Es por eso que durante décadas, los líderes de las primeras iglesias intentaron mantener la unidad y estructura (de nuevo, con tecnología inexistente). ¿Qué sucedió? Después de un tiempo decidieron poner a una cabeza para mantener la paz, tomar decisiones para todos los grupos en las diversas ciudades y servir de guía. Fue entonces que entró el papa en escena. ¿Cuál fue el problema? Que en algún momento de la historia, este deseo por poder - que de nuevo, todos tenemos y con la que todos luchamos por nuestra naturaleza caída - fue tomando terreno. La institución del papa no fue diabólica, sino el deseo por el poder que se escondía dentro del corazón del hombre. 

De nuevo, la meta no es llenar la mente de conocimiento, sino crecer en sabiduría, así que, ¿cómo lo aplico? Siendo sincera conmigo misma: este deseo de poder y autoridad, no se encuentra solo en el papado de algún año o algún siglo. ¡Qué fácil es pensar que otro tiene un problema en vez de mí! Sin embargo, como bien nos avisó Jesús cuando dijo: “¿cómo puedes decir a tu hermano: Hermano, déjame sacar la paja que está en tu ojo, no mirando tú la viga que está en el ojo tuyo? (Lucas 6:42), no puedo decir que el deseo por el poder, por una posición de autoridad o por ser conocida como “la que sabe, la que manda o la importante”, no se encuentra también en mi interior. ¿La historia me muestra este deseo algún momento en el vaticano cuando un Papa empezó a vender indulgencias? Sí. Pero tristemente también lo he visto en muchas iglesias evangélicas, y si soy vulnerable, también lo veo en el espejo mirándome cada mañana. ¿La solución? 1. Fijar los ojos en Jesús de manera diaria e intencional. Puesto que es en los ojos de Cristo que recuerdo, que aunque mi carne quiere reconocimiento, mi espíritu sabe que no lo merezco y que solo hay uno digno. Y 2. Orar por los líderes que me rodean, para que Jesús “los libre del mal”, cada vez que este deseo de gloria llame a su puerta. Que cuando Jesús vuelva, encuentra a su novia - organizada de la mejor manera que ha sabido organizarse - sin mancha y arruga, preparada para aquel que se merece toda la gloria por los siglos de los siglos. 

Devocional: Te sostengo

Te sostengo.jpg

Todos tenemos "imposibilidades" en nuestra vida. Si estás en momento en el que no ves nada imposible en tu vida personal, seguro que no te cuesta mucho ver alguna situación imposible en tu ciudad, gobierno o nación. Aunque hemos sido puestos en este planeta increíblemente roto, la buena noticia es que no estamos solos. Jesús le dijo a sus discípulos (y por lo tanto a nosotros): "Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre...no os dejaré huérfanos" (Juan 14:16,18). Él está con nosotros en nuestro día a día y en lo que parecen "imposibles".

Por otro lado, además de estar con nosotros, nos ha dado una promesa increíble en Efesios 2, de que estamos sentados en Cristo Jesús en lugares celestiales. Esto significa que tenemos la invitación a ver el mundo y nuestras situaciones desde su perspectiva. Es en ese lugar celestial, que podemos pedirle al Padre que nos ayude a ver como Él ve, y cuándo lo hacemos, podemos entender que su tiempo es diferente al nuestro y que verdaderamente, no hay ninguna promesa que él haya dicho que no haya cumplido.

Preguntas de reflexión

  • Toma un momento para pensar en cuál es la perspectiva de Dios sobre tu situación, ciudad y país.

  • Piensa en promesas que Dios te ha hecho que sí ha cumplido.

  • ¿Que otras promesas de Dios estás esperando ver cumplidas y cómo puedes tener la perspectiva de Dios acerca de esa promesa?