Dios es tan bueno, que a pesar de ser magnífico y eterno, se preocupa por los detalles minuciosos de nuestra vida. No solo se preocupa por cosas "importantes", como el hecho de que tengamos comida y ropa, sino que nos mima con detalles que nos recuerdan que está atento de nosotros. El peligro de esto, es que podemos caer en la tentación de empezar a pensar que nuestra vida se trata de nosotros. Al fin y al cabo, si Dios está tan pendiente de mí, quizás todo se trate de mí. Pero la realidad es que todas nuestras vidas se tratan de Él, pues fuimos creados para su gloria (Isa. 43:7).
La pandemia del Covid nos hizo recordar esto. Pues hizo que todo el mundo echase el freno de mano a sus vidas ajetreadas, especialmente las iglesias. Por todo el planeta cancelamos nuestras actividades, congresos y retiros, y tuvimos la oportunidad de encerrarnos en nuestra casa y mirarle a Él. Lo bueno de esto es que nos obligó a recordar que no se trataba de nosotros, sino de Él. Nosotros somos parte de una historia más grande. Ha habido un Antiguo Testamento, ha habido un Nuevo Testamento y ahora estamos viviendo el "Nuevo Nuevo Testamento". Lo que solo está escrito en el cielo: la era de la iglesia.
Cuando miramos la Palabra vemos que siempre ha habido un plan: desde el Edén hasta el Apocalipsis, Dios ha tenido su mano sobre la humanidad: para su gloria. Tú y yo, estamos dentro de ese plan, viviendo vidas para Él. Este tiempo, esta era de la iglesia: no se trata de nosotros. Es el tiempo del Rey.
Preguntas de reflexión
¿Cómo gestionas vivir en la tensión de que por un lado tu vida no se trata de ti, sin embargo por otro lado Dios derrama sus bendiciones sobre ti?
¿Cuál crees que es tu rol en este "tiempo del Rey"?
En un tiempo donde la política ha dado que desear y los gobiernos han mostrado sus imperfecciones, ¿Cómo crees que Jesús puede ser visto como el único perfecto Rey?