Todos tenemos "imposibilidades" en nuestra vida. Si estás en momento en el que no ves nada imposible en tu vida personal, seguro que no te cuesta mucho ver alguna situación imposible en tu ciudad, gobierno o nación. Aunque hemos sido puestos en este planeta increíblemente roto, la buena noticia es que no estamos solos. Jesús le dijo a sus discípulos (y por lo tanto a nosotros): "Y yo rogaré al Padre, y Él os dará otro Consolador para que esté con vosotros para siempre...no os dejaré huérfanos" (Juan 14:16,18). Él está con nosotros en nuestro día a día y en lo que parecen "imposibles".
Por otro lado, además de estar con nosotros, nos ha dado una promesa increíble en Efesios 2, de que estamos sentados en Cristo Jesús en lugares celestiales. Esto significa que tenemos la invitación a ver el mundo y nuestras situaciones desde su perspectiva. Es en ese lugar celestial, que podemos pedirle al Padre que nos ayude a ver como Él ve, y cuándo lo hacemos, podemos entender que su tiempo es diferente al nuestro y que verdaderamente, no hay ninguna promesa que él haya dicho que no haya cumplido.
Preguntas de reflexión
Toma un momento para pensar en cuál es la perspectiva de Dios sobre tu situación, ciudad y país.
Piensa en promesas que Dios te ha hecho que sí ha cumplido.
¿Que otras promesas de Dios estás esperando ver cumplidas y cómo puedes tener la perspectiva de Dios acerca de esa promesa?