Romanos 8:28 nos garantiza que todo, absolutamente todo lo que sucede en nuestras vidas y en este planeta, será usado para el bien de los que lo aman. Cuando empezó la pandemia del Coronavirus a finales del 2019 ninguno podíamos realmente concebir cómo lo usaría Dios para bien. Sin embargo algo sucede cuando estamos encerrados con nosotros mismos: el planeta entero pasó de estar muy ocupado a estar encerrado consigo mismo: los que llenaban su vacío con amistades ya no podían, los que tendían a salir de fiesta estaban a solas en casa e incluso muchos de los que se distraían con sus trabajos, de repente se encontraron con mucho tiempo libre. Dios usó algo horrible para que al ser humano tuviese que parar y hacerse preguntas difíciles. Y a raiz de estas preguntas, Dios comenzó a hacer algo nuevo.
En Isaías 43:18-19 dice: "No recuerden las cosas anteriores ni consideren las cosas del pasado. Yo hago algo nuevo, ahora acontece; ¿No lo perciben? Aun en los desiertos haré camino y ríos en los lugares desolados". Este pasaje nos presenta una invitación: a poner a un lado lo que pasó y lo que hizo Dios en un pasado y a levantar nuestra vista a lo que está por venir. En Mateo 17:20 Jesús le dijo a sus discípulos "en verdad les digo que si tienen fe como un grano de mostaza, dirán a este monte: “Pásate de aquí allá”, y se pasará; y nada les será imposible".
Levanta tu vista a lo que está por venir y visualízalo en tu imaginación. Esa expectativa de lo que Dios puede hacer, podrá ser transformado en un granito de mostaza, y con ese granito, nada es imposible.
Preguntas de reflexión
¿Hay algo del pasado a lo que estás aferrado que te frena de entrar a lo nuevo que Dios tiene?
¿Cuál crees que es la diferencia entre recordar la fidelidad de Dios y meditar en lo que él ha hecho y estar aferrado al pasado?
Piensa en lo que crees que Dios está queriendo hacer en el futuro próximo y alábale hoy como si ya lo estuviese haciendo.